¿Por qué beber agua de mar?

Beber agua de mar y talasoterapia

Beber agua de mar es beber vida

El agua de mar es el nutriente universal más completo, orgánico, biodisponible y gratuito de la Tierra. Contiene, además de los carbohidratos, grasas y proteínas imprescindibles para la vida, minerales tan importantes como el magnesio, el calcio, el hierro o el yodo ,entre otros, y alrededor de los 83 elementos biodisponibles de los 118 elementos de la tabla periódica, más el zooplancton y el fitoplancton que son proteínas puras. Lo cierto es que la lista de elementos se podría alargar hasta todos o la mayor parte de los existentes en la corteza terrestre.

Es posible que muchos de vosotros conozcáis algunas de las aplicaciones del uso del agua de mar en la Talasoterapia por vía cutánea a través de baños marinos o envolvimientos de algas o lodos marinos. Los minerales del agua de mar son absorbidos a través de la piel, aunque en cantidad menor que si el agua fuera ingerida.

Entonces la pregunta que muchos os haréis es: ¿El agua de mar se puede beber? La respuesta a esta pregunta es un rotundo sí que vamos a razonar a lo largo de estas líneas

Entonces, ¿por qué beber agua de mar?

La vida surgió en el mar. Allí se formaron las primeras células, que dieron origen a la vida en nuestro planeta. El cuerpo humano es en un 65 por ciento agua que, en su mayoría, tiene unas proporciones de minerales prácticamente idénticas a las del mar. Esta composición es la que permite que nuestras células puedan desarrollar sus funciones en las mejores condiciones. El mismo medio líquido que acogió el nacimiento de la vida en la Tierra está pues presente en el interior de nuestro cuerpo. Tanto es así que el agua de mar, convenientemente filtrada, es un suero fisiológico natural. De hecho, se puede inyectar en vena y el cuerpo lo acepta como si fuera plasma sanguíneo.

La idea de utilizar las propiedades del agua de mar por vía interna (bebida o por inyección subcutánea) es tan vieja como la medicina. Las referencias abundan. No obstante, la Historia moderna de esta terapia no comienza sino a principios del siglo XX con los trabajos del biólogo francés René Quinton, cuyos descubrimientos dieron lugar al llamado Plasma de Quinton, que no es más que agua marina recogida en lugares donde está asegurada la constancia de su composición y su salubridad. El Plasma de Quinton gozó del pleno reconocimiento de la comunidad científica, salvó a miles de niños de morir víctimas del cólera o la deshidratación y motivó la creación de decenas de dispensarios marinos en Francia. Es precisamente en este país donde su aplicación como suero fisiológico se recetaba en la Seguridad Social hasta 1979. Sin embargo, todo quedó en el olvido cuando irrumpieron la penicilina y el desarrollo de la farmacología convencional.

El agua de mar y la talasoterapia

Injusto olvido ya que los efectos de la aplicación de agua de mar son reales e importantes, como veremos más adelante. Quizás el cuidado de la salud se ha hecho tan complicado que nos cueste creer que existen tratamientos tan sencillos como los basados en el simple contacto con los elementos naturales como es el agua de mar. Pero en los últimos años los defensores del Plasma de Quinton vuelven a reivindicar su uso basándose en el hecho de que es un producto natural, sin los efectos secundarios de los medicamentos y que resulta accesible para todos.

Para corroborarlo, la Comunidad científica experimentó un proyecto único en 2004, el Primer Naufragio voluntario, en el que 7 “náufragos voluntarios”, unos durante 4 días y otros durante 7, sobrevivieron sin agua dulce ni alimento, consumiendo exclusivamente agua de mar, demostrándose así su poder nutricional celular, suficiente como para la supervivencia en esas condiciones.

Hoy en día, países como Nicaragua o Colombia utilizan a menudo el agua de mar como tratamiento para diversas patologías, entre ellas para el cáncer sin quimioterapia ni radioterapia.

Algunas indicaciones y efectos de la ingesta de agua de mar vía oral

Los minerales desempeñan un importante papel en el buen funcionamiento, tanto físico como mental, del organismo. Las necesidades diarias de minerales son pequeñas pero importantes, ya que su deficiencia puede ser el principio de un sinfín de enfermedades.

Por ello, el mantenimiento de una concentración normal de minerales en los líquidos corporales es vital para el individuo. Cada día eliminamos una buena parte de estos minerales a través de la orina, el sudor o el ejercicio físico, y su reposición a través del agua dulce resulta en ocasiones insuficiente. Para ello, recurrimos muchas veces a bebidas isotónicas o suplementos alimenticios, pero lo cierto es que la mejor bebida isotónica del mundo es el agua de mar, ya que sus minerales son absorbidos por nuestro cuerpo más eficazmente (en un 90%) debido a su especial composición similar al plasma sanguíneo.

Algunos de los más importantes efectos que beber el agua de mar produce sobre nuestro organismo son:

– Aportación de minerales, vitaminas y nutrientes.

– Regeneración celular.

– Eliminación de grasas y toxinas.

– El número de glóbulos rojos o hematíes (las células que sirven para transportar el oxígeno a todos los rincones del organismo) aumenta entre un 5 y un 20 por ciento.

– Refuerzo del sistema inmunitario debido al aumento, todavía en proporción más grande, del número de glóbulos blancos o leucocitos (las células defensivas encargadas de luchar contra agentes infecciosos).

– Desinfección del estómago y del intestino.

– Reequilibrio del funcionamiento enzimático: ciclos metabólicos, secreciones hormonales, producción de anticuerpos, etc.

En conclusión, no hace falta estar enfermo para ingerir agua de mar, ya que ésta contribuye al reequilibrio y buen funcionamiento del metabolismo en su conjunto, aunque sí está especialmente indicado para casos de anemia, desnutrición, procesos infecciosos, sinusitis, problemas del riñón, recuperación física de deportistas, síndrome premenstrual, irritación digestiva o para paliar los efectos secundarios de la quimioterapia.

En cuanto a las contraindicaciones, solamente está desaconsejada la ingesta de agua de mar por algunos médicos en el embarazo y periodo de lactancia y en casos de insuficiencia renal grave. Sin embargo, hay diversas teorías sobre ello y existen especialistas que no la contraindican en estos casos.

Cómo beber agua de mar

En España, el agua de mar para ser ingerida se recoge a 30 metros de profundidad y a 10 metros del fondo en un lugar determinado del Océano Atlántico con una salubridad, temperatura, composición mineral y niveles de fitoplancton y zooplancton adecuados, por lo que es totalmente segura su ingesta .

Después de la captación o recogida del agua, ésta se envasa en ampollas o en botellas para su posterior uso. A diferencia de otros tipos de agua, el agua de mar conserva sus propiedades indefinidamente, tanto a temperatura ambiente como en nevera. Ello se debe a su gran concentración en sal, que es un potente desactivador de las bacterias que anidan en cualquier tipo de agua. De no ser así, el mar sería el mayor estercolero del mundo.

En cuanto a su administración, lo ideal es ingerirla en ampollas de 10 ml., cuyo contenido se puede mezclar en medio vaso de agua mineral o zumo de frutas. El mero hecho de beber agua de mar es ligeramente laxante y puede que el primer día provoque una diarrea suave, por lo que ha de ingerirse al principio en dosis pequeñas y mezclado para que el cuerpo y los riñones se acostumbren gradualmente.

beber agua de mar

La posología puede variar según el caso, pero en condiciones normales se recomienda entre 1 y 3 ampollas al día media hora antes de las comidas. Para comenzar el tratamiento, lo ideal es ingerir el agua de mar durante 2 meses, a continuación realizar un parón de 3 meses tras los cuales se puede retomar de nuevo el tratamiento. Lo más recomendable es realizarlo durante los cambios estacionales, por ejemplo en Marzo y en Septiembre, que es cuando el organismo más se debilita debido precisamente a ese cambio, aunque también se puede consumir el agua de mar durante todo el año de manera ininterrumpida.

 

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