Nueva receta en el blog cortesía de nuestro Jefe de Cocina Javier Fins Seoane. En esta ocasión vamos a aprender como preparar Carpaccio de boletus eduliscon vinagreta de granada y virutas de queso manchego.

Esta receta también forma parte de la edición del libro que edita Radio Vigo «Las Recetas de la Guía Gastronómica de Radio Vigo 2011».
Comencemos pues:
INGREDIENTES
500 gr. boletus edulis frescos
150 gr. de tocino de cerdo
80 gr. de queso manchego
1 pieza de granada
1/2 unidad de limón
Vinagre de jerez
Reducción de vinagre de Módena
Aceite de oliva suave
Sal Maldón y pimienta negra
Mezclum de lechugas: escarola, berros, achicoria, endivias…
PREPARACION
En primer lugar limpiamos las setas con papel húmedo, a continuación ponemos una sartén con tres dedos de aceite y troco de tocino, cuando el aceite esté bien caliente doramos los boletus enteros y retiramos. Esta operación se realiza para dorar y aromatizar el Boletus, no tiene que estar cocinado, solo tiene que coger color. Los dejamos enfriar un poco y seguidamente hacemos un rulo bien prensado con las Boletus envuelto con papel film. Esto se deja congelar 24 horas.
Para la vinagreta
Desgranamos la granada y reservamos, por otro lado hacemos una vinagreta con el aceite de oliva, vinagre de jerez y reducción de Módena, por cada tres cucharadas de aceite ponemos una de vinagre y otra de reducción. Mezclamos todo emulsionando.
A continuación vamos cortando con mucho ciudado y lo más fino posible el rulo de Boletus congelado, lo vamos colocando sobre un plato. Aliñamos esto con el zumo de medio limón, un chorrito de aceite, una pizca de sal Maldón y pimienta negra. Decoramos alrededor con las hojitas de mezclum de lechuga y añadimos la vinagreta como en la fotografía.
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Ya hemos visto que el agua de mar es un elemento muy complejo, por tanto sus efectos serán muy variados. Muchos de ellos se conocen bien y otros no pueden ser bien explicados con los actuales conocimientos.
En resumen, el baño marino fortalece los músculos y estimula todas las funciones orgánicas, en especial las metabólicas, endocrinas y nerviosas.
EL CAMBIO TÉRMICO
Un tipo de efectos se basa en la temperatura del agua. Como generalmente está más fría que la piel del cuerpo humano, el efecto inmediato es el de estrechamiento de los pequeños vasos sanguíneos que la irrigan. Al constreñirse los vasos periféricos se produce otra consecuencia fisiológica refleja: a modo de compensación se dilatan las venas y arterias interiores a consecuencia del aumento de la presión que ejerce el volumen de sangre.
Por tanto, la tensión arterial tiende a incrementarse, a la vez que disminuye la frecuencia con que el corazón late y se reduce también el ritmo de la respiración.
La primera sensación de frío pasa rápidamente, más aún si se nada o se realizan ejercicios, y entonces se produce el efecto contrario: hay una reacción del sistema circulatorio, las pequeñas venas de la piel se dilatan de nuevo y se constriñen las venas profundas así como los órganos internos.
Es decir, la sangre fluye desde las zonas internas del cuerpo -se descongestionan- hacia la piel y lo hace a más velocidad que habitualmente.
El efecto descrito supone un masaje estimulante para el sistema circulatorio y los órganos. Además, el organismo intenta compensar la pérdida de calor aumentando el ritmo del metabolismo, lo que significa un estímulo de los procesos nutritivos y digestivos.
El sistema nervioso también resulta tonificado, lo cual tiene como consecuencia un equilibrio del sistema vegetativo y una sensación subjetiva de bienestar general.
En resumen, el simple efecto de la temperatura del agua de mar pone a funcionar la máquina del cuerpo a pleno rendimiento. Y el estímulo será tanto más acentuado cuando menor sea la temperatura del agua -dentro de ciertos límites-, más corta la duración del baño y mayor la agitación de las aguas.
Texto del libro: «Como cura el mar» de RBA Libros, S.A.
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Océano Atlántico en As Mariñas, Mougás |
TALASOTERAPIA
Las características físicas y químicas del agua del justifican sus efectos terapéuticos. En un primer contacto, el sabor es salado y desprende un ligero olor causado por la descomposición de materia orgánica (algas y pequeños microorganismos).
Su temperatura es fría, aunque depende relativamente del aire del lugar que se considere. En verano, en el mar del Norte la temperatura del agua está entre los 14 y los 18 grados; en el Atlántico se sitúa entre los 20 y los 23, y entre los 22 y los 27 Mediterráneo.
Como normal general, en invierno el agua suele estar algo más caliente que el aire y en verano algo más fría. Es decir, el mar mantiene una temperatura más constante que el aire debido a su mayor inercia térmica.
Un aspecto muy importante del agua marina es su mineralización, que se sitúa entre los 30 y los 30 gr. de sales por litro. El nivel de mineralización depende de las características del mar: si es cerrado o abierto, grande o pequeño, si afluyen grandes ríos o no, la latitud… Así, el mar Muerto, por ejemplo, destaca por la alta concentración de sales en comparación con el Atlántico o el Pacífico.
Los minerales con mayor presencia en el agua de mar son, por este orden: cloro, sodio, magnesio, azufre, calcio, potasio, bromo, carbono, estroncio, boro y silicio.
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Vistas del Atlántico desde el hotel |
La lista de elementos se podría alargar hasta todos o la mayor parte de los existentes en la corteza terrestre. En general, el agua de mar mantiene en todos los lugares un composición muy similar y es entre los elementos que se encuentran en proporción menor donde se pueden producir las diferencias más grandes.
Además de minerales, el agua de mar contiene gases: entre 20 y 30 centímetros cúbicos por litro, principalmente oxígeno, hidrógeno y carbono.
Por otra parte, en el mar se encuentran disueltos elementos orgánicos, como fitoplancton y zooplancton: respectivamente, algas marinas de formas y dimensiones muy variables y microorganismos carentes de acción patógena, siempre mucho más numerosos cerca de las costas que mar adentro.
Texto del libro: «Como cura el mar» de RBA Libros, S.A.
Después de estas fechas navideñas, volvemos con las recetas que comparte nuestro equipo de Cocina. Hoy compartimos una sabrosa receta que tiene de protagonista al calamar de la Ría, es decir, seguimos con nuestra saludable dieta atlántica.
Esta receta forma parte de una nueva edición del libro que edita Radio Vigo «Las Recetas de la Guía Gastronómica de Radio Vigo 2011», en su 11ª edición. Somos muchos los establecimientos hosteleros que colaboramos con esta publicación.
Pasamos a describir la composición de la receta de nuestro Jefe de Cocina Javier Fins:
INGREDIENTES:
1 calamar400 gr. de calabaza limpia y pelada1 patata1 cebolla1/2 puerro100 gr. de trompetillas de la muerte1 vaso de vino blanco1/2 litro de caldo de pollo1 diente de ajoSalPimienta negraAceite de oliva suave
PREPARACIÓN
En primer lugar limpiamos bien el calamar separando la cabeza del cuerpo y reservando su tinta. Le hacemos unos cortes superficiales por los dos lados de la vaina del calamar y a continuación lo salteamos a fuego fuerte, bajamos el fuego añadimos una pizca de ajo picado y una cebolla cortada en juliana, esto lo vamos rehogando lentamente.
Cuando la cebolla empiece a ponerse melosa añadimos el chorrito de vino blanco, ponemos sal y pimienta y dejamos cocinarse hasta que reduzca el vino.
Por otro lado limpiamos con un papel húmedo las trompetillas de la muerte, las salteamos con ajo picado y salpimentamos. Esto lo reservamos.
Para la crema de calabaza.
Cortamos en dados la calabaza, la patata y el puerro. Rehogamos esto en aceite y a continuación añadimos el caldo de pollo y dejamos de cocer. A continuación pasamos por la «túrmix» y reservamos, esta crema tiene que quedar espesa.
Para finalizar montamos el plato como en la fotografía, decoramos y vertemos por encima de la crema una cucharadita de la tinta del calamar mezclada con aceite de oliva virgen.
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