Categoría: talasoterapia
Universidade de Verán USC en Talaso Atlántico
13 junio, 2024
Día Mundial contra el Cáncer
4 febrero, 2022
El Día Mundial del Cáncer es una iniciativa que la Unión Internacional contra el Cáncer puso en marcha en el año 2000, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud y la International Agency for Research on Cancer (IARC), decidiendo establecer el día 4 de febrero como el Día Mundial Contra el Cáncer, con el objetivo de aumentar la concienciación y movilizar a la sociedad para avanzar en la prevención y tratamiento de esta enfermedad.
Periódicamente elige un lema diferente para sus campañas de concienciación, haciendo referencia a los distintos aspectos de este grave problema sociosanitario que representa cáncer. Para la campaña 2022-2024 ha elegido el lema “Por unos cuidados más justos”, con el objetivo que toda la sociedad comprenda y reconozca las desigualdades en la atención del cáncer en el mundo, tratando de eliminarlas para que todos podamos acceder por igual al tratamiento necesario en cada caso. “La falta de igualdad afecta a todo el mundo. Puede que le parezca que la brecha de igualdad no le afecta personalmente, pero seguramente afecta a alguien que conoce. Mientras que la desigualdad es mayor en países con ingresos medios y bajos, los países con más recursos también muestran una desigualdad notable. Está casi garantizado que la desigualdad le afecta a usted o a gente de su comunidad”.
La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) presenta por estas fechas su informe anual “Las cifras del cáncer en España”. Estima la incidencia anual en 280.100 nuevos casos, en creciente progresión año tras año. Por lo que respecta a la mortalidad, el cáncer es la segunda casa de muerte en nuestro país, representando el 27,6 % de los fallecimientos anuales. Estas cifras globales, son estimaciones, ya que la Red Española de Registros de Cáncer (RDECAN) solo contiene datos de registros poblaciones de nueve provincias y de las comunidades autónomas de Asturias y Murcia. No disponer de un Registro Estatal de Cáncer – que es una herramienta fundamental para conocer la carga global de la enfermedad-, no permite planificar y abordar las necesidades asistenciales de forma justa y equitativa.
La UICC nos señala claramente el camino a seguir:
Es necesario cambiar el modelo de abordar esta patología, que centra prácticamente todos sus esfuerzos en el tratamiento de la enfermedad, olvidando otros aspectos fundamentales, como son la prevención (siempre es mejor y más económico prevenir que curar), y un adecuado proceso de cuidados que tenga en cuenta todas las necesidades asistenciales de la persona afectada. Estas necesidades van más allá de acceder a los mejores tratamientos posibles, acceso debería de producirse de forma justa y equitativa para todos, independientemente del lugar de residencia, estrato social y/o situación económica.
Para intentar analizar y dar respuesta a esas necesidades asistenciales, desde el año 2010, organizamos en colaboración con la catedrática de la Universidad de Santiago de Compostela, Lourdes Vázquez Odériz. un Curso de Verano, el último de ellos en 2019, interrumpido los dos últimos veranos por motivo de la pandemia, pero que este año hemos retomado, y que salvo incidencias tendrá lugar en nuestras instalaciones, los próximos días 18-21 de Julio 2022.
Este Curso forma parte de las actividades divulgativas de nuestra Escuela de Salud y Bienestar, y del Programa de Cuidados Integrales a personas afectadas por Cáncer, que ofrecemos en nuestro Centro de Talasoterapia todo el año, más allá del Día mundial contra el cáncer.
4 de febrero de 2022
Salvador Ramos Rey. Director Médico
Octubre Rosa: el mes del cáncer de mama
19 octubre, 2020
¿Sabías que existe un día igual o más importe que el día 19?
Octubre se tiñe de Rosa con motivo del Día del Cáncer de Mama, que se conmemora el día 19. Su símbolo es el lazo rosa, los medios de comunicación, los centros comerciales y los espacios públicos se llenan de mensajes, productos y actividades lúdicas que pretenden sensibilizarnos frente a esta enfermedad, que en nuestro país afectará este año, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica, a 32.953 mujeres, y que en el año 2018 (últimos datos disponibles) fue la causa de muerte de 6.500.
En Europa según datos del Sistema europeo de información sobre el cáncer (ECIS), por sus siglas en inglés), una de cada ocho mujeres se verá afectada por cáncer de mama a lo largo de su vida.
Resaltar que la incidencia del cáncer de mama esté en constante progresión (1,5-2% anual) y que cada vez afecta a mujeres más jóvenes (el 44,5% en menores de 45 años), con el consiguiente mayor impacto en sus expectativas vitales, tanto a nivel personal como familiar y sociolaboral).
Estas cifras más que sensibilizamos con mensajes llenos de optimismo, nos deberían obligar, a que como sociedad tomemos conciencia de la necesidad de disminuir la carga de esta enfermedad. Ello se consigue mediante campañas de prevención que den a conocer los Factores de Riesgo de esta enfermedad y ponga los medios para reducir la exposición a dichos riesgos. Prevenir siempre es mejor que Curar y sin duda el color rosa debe combinarse con el color verde, tal como nos aconseja la campaña “Think Pink, Live Green“, y conmemorar también el día 15 de Octubre como el Día de la Salud de la Mama, iniciativa de Europa Donna.
Todo ello hace que debamos de plantearnos los factores de riesgo establecidos, y hasta ahora considerados como responsables del cáncer de mama. En este sentido están ganando cada vez más protagonismo otros factores de riesgo adicionales como son los medioambientales, es decir todo lo que nos rodea, entendiendo por ello no solo los estilos de vida actuales, en los que hay destacar la falta de actividad física y una alimentación inadecuada, las situaciones de estrés prolongado e intenso, los horarios irregulares que alteran el ciclo vigilia-sueño y el consumo de alcohol en edades cada vez más jóvenes, como patrones de comportamiento dominantes.
Dentro de estos factores de riesgo medioambientales, están sin duda las numerosas sustancias químicas a los que nos vemos expuestos en nuestra vida diaria, desde etapas muy tempranas. Hoy en día ya existen pocas dudas de que la inactividad física, una alimentación inadecuada, un excesivo consumo de alcohol y la obesidad son factores de riesgo para el cáncer de mama, pero sin embargo el papel de los contaminantes químicos todavía es controvertido, a pesar de que ya está demostrado que numerosas sustancias químicas, no naturales, presentes en alimentos, envases alimentarios, productos cosméticos, etc, la mayoría de ellos – los denominados disruptores endocrinos-, provocan un efecto hormonal en un tejido tan sensible a los estímulos hormonales como es la mama.
La exposición a sustancias tóxicas, tales como Bisfenol A, Parabenos, etc, cada día más presentes en alimentos, envases, cosméticos y productos del hogar, aunque sea en pequeñas cantidades, pero mantenida durante toda la vida de una mujer, debe ser un factor de riesgo a tener en consideración, tal como recomienda la Breast Cancer Foundation, señalando dos aspectos críticos: el “efecto cóctel”, es decir la suma de efecto de distintas sustancias independiente de su cantidad y el “momento de la exposición” siendo la exposición intrauterina y en la pubertad, dos de los momentos críticos. Hoy en día ya están surgiendo publicaciones científicas que consideran el cáncer de mama como una “enfermedad medioambiental”.
Esperemos que más pronto que tarde las campañas de lazo rosa frente al cáncer, se desprende de toda la parafernalia comercial que las rodea y que recobre el espíritu original con el nació, que era ni más ni menos la EDUCACIÓN y la PREVENCIÓN; y que fue una iniciativa personal de una mujer de los EEUU, Charlote Haley en 1991, que decidió elaborar manualmente lazos de color melocotón, que acompañados de una tarjeta con el lema “Ayúdenos a despertar a los legisladores y a los Estados Unidos usando esta cinta”, no solicitaba donativos, pretendía despertar conciencias y reclamaba una mayor atención a la prevención de la enfermedad, resistiéndose a su utilización con fines comerciales.
¿Qué podemos ofrecer desde la Medicina Termal y desde un Centro de Talasoterapia, en el ámbito de la Prevención del Cáncer de Mama ?:
Pues ni más ni menos que hacer honor a las recomendaciones que hace el Ministerio de Sanidad y el Instituto de Salud Carlos III en su informe Técnico sobre la Utilidad de la Hidrología y los Centros Termales, que los considera espacios especialmente útiles para actividades de Educación para la Salud.
Para ello hemos puesto en marcha nuestra Escuela de Salud y Bienestar donde llevamos a cabo actividades educativas y formativas sobre Hábitos de Vida saludables y prevención frente a factores de riesgo, tanto ante el cáncer de mama, como frente a otros tumores y patologías.
Ofrecemos también un Programa de Cuidados para personas afectadas por cáncer, en el que las actividades de prevención son fundamentales, ya que no solo es importante la Prevención Primaria para prevenir la enfermedad, sino que el modificar hábitos de vida y evitar la exposición a factores de riesgo, tras el diagnóstico, es fundamental para potenciar la eficacia de los tratamientos, reducir la presencia de efectos secundarios de los mismos, como para reducir las probabilidades de recaídas de la enfermedad.
La prevención es la mejor medicina ante cualquier enfermedad, frente al cáncer de mama también.
Salvador Ramos Rey – Oia, 15 de Octubre de 2020
Director Médico del Centro de Talasoterapia TALASO ATLÁNTICO
El momento del sosiego para pensar y reflexionar
26 abril, 2020
Confinamiento 2ª Fase
El momento del sosiego para pensar y reflexionar
Finalizada ya nuestra quinta semana de reclutamiento en casa, a la que hemos llegado envueltos en un sinfin de actividades que no nos dejaran ni un minuto libre, con la confianza de que así pasaría más rápido este tiempo de confinamiento; pero hete aquí que el tiempo de confinamiento se ha prolongado y agotados o aburridos ha llegado el momento de plantearnos ¿y ahora que hacemos? Para intentar dar respuesta a esta pregunta, Alabanza de la lentitud, libro del neurobiólogo italiano Lamberto Maffei, puede ser una lectura muy adecuada.
Hallándose en Florencia decide visitar el Salón de los Quinientos de Cosme I de Médecis (1512-1574), porque “cuando me vence la melancolía y me persiguen sin razón alguna los pensamientos tristes, busco refugio en la belleza y no hay Prozac que valga. Un museo de arte produce mas serotonina que un fármaco cualquiera”.
Descubre en los frescos del techo, obra de Giorgio Vasari, unas imágenes extrañas y sorpendentes que representan a unas tortugas que llevan sobre su caparazón una enorme vela hinchada por el viento, y una leyenda que las acompaña “festina lente (apresuraos con lentitud)”, proverbio de la época en el que la tortuga simbolizaba la lentitud y la vela hinchada por el viento, la rapidez ; que reflejaban el modo de pensar de Cosme I, piensa y reflexiona antes de actuar.
Su contemplación le lleva a reflexionar sobre la lentitud como una meta del pensamiento y del camino a recorrer, “caminar a mayor velocidad no equivale a conocer mejor lo que ofrece el camino”, y analizar las ventajas y desventajas de una civilización como la nuestra en la que predomina la rápidez y en la que prevalece el hacer sobre el pensar. Nos aconseja utilizar los dos métodos de proceder pero, eso sí, cambiando el orden para que el pensamiento preceda a la acción “pensar lento y actuar rápido”.
Antes, como ahora, predomina la rápidez y en la que prevalece el hacer sobre el pensar
Como neurobiólogo nos recuerda que nuestro cerebro posee ambos mecanismos de respuesta al medio, tanto mecanismos ancestrales y rápidos, casi automáticos y en gran medida inconscientes, con otros mas lentos, aparecidos con posterioridad y que son fruto del razonamiento.
La vida actual presidida por la inmediatez, facilitada por una comunicación fundamentalmente visual que nos lleva a respuestas casi instántaneas por medio de tweets, likes, etc, tiene sus inconvenientes dado que “ el ritmo de la vida moderna y el pensamiento rápido carecen por naturaleza de paciencia, una cualidad gracias a la cual sabemos esperar antes de juzgar y actuar, que se contrapone a esa decisión rápida que parece aterrorizada por el tiempo que se escapa”.
Este pensamiento rápido favorece el consumismo, el consmumo poco reflexivo, “porque desata una bulimia del consumo, que se convierte en deseo y al mismo tiempo de distracción”.
Ambos pesamientos, tanto el rápido como el lento, son necesarios y al mismo tiempo complementarios; la plasticidad de nuestro cerebro nos permite modularlos y frente al consumismo que estimula el pensamiento rápido, nos aconseja cultivar la palabra, el placer de charlar, disfrutar de las artes y de las humanidades, etc, que estimulan el pensamiento lento y nos ayuden a evitar la evolución -o más bien involución- desde el Homo sapiens al Homo videns (G. Sartori, 1999) “Que a través de un homo televidens, dado el predomino de la comunicación teledirigida, lleguemos al hombre del consumismo”, el Homo consumens (G. Sartori,,2007) y (Z. Bauman. Vida de consumo, 2007).
Esta dicotomía entre lo rápido (fast) y lo lento (slow) se ha evidenciado en otros terrenos como el de la alimentación, dónde hoy oímos hablar de fast food (comida rápida). “Pensamiento rápido y fast food estan unidos armónicamente, porque el primero crea a la segunda que, a su vez, es una criada fiel del primero”.
Frente al domino del modo de alimentarse que representa la fast food, surgió en el año 1986, en Italia, y de la mano de Cartlo Petrino, periodista especializado en gastronomía, el movimiento Slow Food, que reivindica un modelo de alimentación más natural y sostenible. Dicho movimiento alcanza una rápida difusión internacional presentando su manifiesto en 1989, en París durante su primera reunion Internacional.
En el ámbito de la medicina también se ha producido este elogio de la lentidud. La primera vez que se utilizo el término de medicina lenta, fue también en Italia por el cardiólogo Alberto Dolara en un artículo publicado en el año 2002 en una revista de cardiología. “En la práctica clínica, la hiperactividad a menudo es innecesaria. Adoptar una estrategia de ‘medicina lenta’ puede ser más gratificante en muchas situaciones. Tal enfoque permitiría a los profesionales de la salud y, en particular, a los médicos y enfermeras, tener tiempo suficiente para evaluar ampliamente los problemas personales, familiares y sociales del paciente”.
Ese artículo fue el germen para que un grupo de profesionales socio-sanitarios, pacientes y ciudadanos en general pusieran en marcha el movimiento Slow Medicine con el objetivo de promover procesos de atención basados en la escucha activa, el diálogo y el intercambio de decisiones con el paciente. Estrechamente relacionado con el movimiento SlowFood, ambos surgieron en la región italiana de Turín, no solo comparten logotipos similares, sino que cooperan en publicaciones científicas y populares.
Para el logo de Slow Medicine, se eligieron dos caracoles que representan una relación equitativa entre el profesional sanitario y el paciente, reivindicando una Medicina sobria, respetuosa y justa. Desde su inicio en Italia en el año 2011, este movimiento ha ido extendiéndose, con algunos matices diferenciales, por otros países como EEUU y Brasil; también ha establecido sinergias con otros movimientos que buscan humanizar la práctica de la medicina y la asistencia sanitaria, en mundo tan frío y tecnológico como el actual, y ese es el caso de su relación con el de la Medicina Narrativa, que propone un modelo para una práctica médica humana y efectiva, que requiere una competencia narrativa, es decir, la habilidad para reconocer, absorber, interpretar y actuar en las historias y condiciones de los demás.
Promueve una mayor presencia de las Humanidades en los programas docentes de las Ciencias de la Salud, así como dar mayor voz a los pacientes para que relaten su enfermedad
El relato de su padecimiento y el contexto cultural dónde está inmerso le darán un significado singular a su patología y a la historia clínica “aséptica” y “objetiva” que escribimos los médicos.
Otro de los ámbitos en donde se incorporó la filosofía del pensamiento lento fue en el del turismo, empezando a cuestionar el modelo de turismo predominante, masivo, fugaz y de consumo rápido, en el que el único interés parece ser el de dejar constancia a través de fotografias y selfis de que se ha estado allí, en vez de contemplar y disfrutar del entorno en el que uno se encuentra. Ahora más que nunca será necesario cambiar de raíz ese modelo, ya que el turismo va a ser uno de los sectores mas dañados económicamente por la pandemia del COVID19. El movimiento de Slow Turismo, lento, sostenible y respetuoso con el medioambiente, será una alternativa atractiva y necesaria.
Uno del sectores donde confluyen mas claramente estos tres modelos del movimiento Slow, es el sector Termal. Los Talasos y los Centros Termales en general, por sus orígenes y características llevan en sus genes la impronta del pensamiento lento.
A ellos acudían la gente en busca del sosiego y los cuidados necesarios para hacer frente a los infortunios de la vida diaria, o al no menos importante “cansancio vital”; buscando la hospitalidad que aportaban y que manaba del entorno natural donde se ubicaban y del modelo de atención y cuidados que se ofrecían. Pero que este pensamiento lento esté en nuestros orígenes no nos ha librado de que se haya ido debilitando en un ambiente donde predomina la rapidez y el consumismo sin freno. Como nos recuerda el autor del texto que comentamos, ese pensamiento lento hay que estimularlo y promoverlo.
Esta necesidad de la lentitud y la paciencia como virtudes, será cada vez más apremiante en el escenario actual y en el futuro próximo.
Preparémenos para cuando podamos volver a la normalidad, pero siendo conscientes de que esa normalidad será una “nueva normalidad”, que nada tendrá que ver con la vida normal que llevábamos antes de la pandemia.
Como sucede siempre, las crisis llevan consigo nuevas oportunidades; aprovechémoslas, sabiendo que seran difíciles y costosas. Nuestros centros tendrán que rediseñarse, tanto en los espacios como en los procedimientos, para cumplir unas normas higiénico-sanitarias cada vez mas exigentes; tendremos también que rediseñar los servicios a ofrecer a unos usuarios, que no seran los mismos que antes, porque aunque lo fueran, vendrán con nuevas necesidades.
Practiquemos pues el “festina lente”, pensando despacio para poder actuar deprisa, recuperando ese pensamiento lento que nos permita centrarnos en lo esencial prescindiendo de lo accesorio, recuperando nuestra esencia para reivindicarnos como excelentes Centros de Cuidados para esta “nueva normalidad”.
No hay tiempo que perder.
Salvador Ramos Rey Director Médico. Oia, 26 de abril de 2020
Cuidar. La importancia del cuidado en tiempo de pandemias
6 abril, 2020
CUIDAR no es solo la atención y el adecuado cuidado de una persona durante una lesión o enfermedad.
Todas las personas, por nuestra propia naturaleza somos vulnerables y por lo tanto en algún momento de nuestra vida vamos a necesitar ser cuidados o cuidar a otra persona, ya sea un familiar o amigo.
A finales del año 1996 el prestigioso centro de investigación en bioética, Hastings Center de Nueva York, convocó a un equipo de estudiosos internacionales, coordinado por Daniel Callahan, que tras semanas de debate llegaron a un amplio consenso en base al cual se elaboró el documento “LOS FINES DE LA MEDICINA: El establecimiento de unas prioridades nuevas”, en el que se debate y reflexiona sobre cuáles deberían ser las prioridades en la práctica de la medicina en la sociedad actual.
Establece que los fines de la medicina deben ser algo más que la curación de la enfermedad y el alargamiento de la vida, y que se ha de poner énfasis en aspectos como la paliación del sufrimiento, situando al mismo nivel el CURAR y el CUIDAR.
En el prólogo de la edición española de este documento, la experta en Bioética Victoria Camps nos recuerda:
“La medicina ha de estar motivada no por el orgullo profesional sino por el beneficio del paciente. Tiene que procurar ser fiel a sí misma y mantenerse como algo viable y sostenible., no dejarse arrastrar por un desarrollo tecnológico imparable”.
Cuidar en el ámbito sanitario, es también llevar a cabo políticas adecuadas de Salud Pública y Promoción de la Salud con el objetivo de prevenir la enfermedad y preservar la salud de las personas. Ello implica establecer prioridades y asignar recursos.
Desgraciadamente, en el modelo sanitario predominante, centrado en la atención hospitalaria, los recursos económicos en estas otras áreas se han ido mermando a lo largo de los años, lo qué junto a la infravaloración de la Atención Primaria, han limitado la capacidad de respuesta de nuestro sistema sanitario ante una emergencia de salud pública como la que estamos viviendo.
En este escenario de crisis surge más que nunca la necesidad de CUIDAR y de extremar los cuidados, por tres razones fundamentales:
- Para no contagiarnos y/o enfermar.
- Para no contagiar a las personas más vulnerables.
- Para no colapsar nuestros centros sanitarios.
Paradójicamente el elemento más frágil resultó ser, el que en teoría debería ser el más potente, nuestro Sistema Sanitario.
A su cuidado tuvimos que acudir todos: en primera línea los profesionales sanitarios que atienden sin descanso a todos los afectados, en condiciones difíciles y acompañados siempre de una larga serie de otros profesionales imprescindibles para que el centro sanitario funcione; en segundas líneas, pero no menos importantes un gran número de profesionales de todos aquellos sectores imprescindibles para cubrir las necesidades básicas de la población; y por supuesto toda la ciudadanía: las personas que cumplen las normas de confinamiento y ejercen su autocuidado, muchas ellas en condiciones precarias; las personas que se ofrecen como voluntarias para atender las múltiples necesidades que van surgiendo; y las cuidadoras no profesionales que, no solo en situación de pandemia, cuidan día a día a personas en su domicilio, y que constituyen ya una nueva clase social: el CUIDATORIADO, tal como la define la Catedrática de Sociología Mª Angeles Durán Heras en su obra “La riqueza invisible del cuidado”, clase social formada fundamentalmente por mujeres -otra flagrante desigualdad-, que sin remuneración alguna soportan la mayor parte de lo que profesora Durán define como “Los costes invisibles de la enfermedad”.
Sorprendentemente, en esta pandemia, los más descuidados han sido nuestros mayores, los que nos cuidaron antes y que gracias a sus cuidados llegamos a ser lo que somos.
Con ellos hemos adquirimos una deuda infinita, que como sociedad nos obliga a replantearnos el modelo de atención socio-sanitaria que les estamos ofreciendo.
Eran los más frágiles, vulnerables y los más necesitados de atención.
Este año 2020 será recordado con el Año del Coranovirus, cuando en realidad era y es el Año de la Enfermería, recién establecido por la OMS para resaltar la importancia de esta profesión, ¡qué nueva paradoja nos presenta esta pandemia!
El Coranovirus, les usurpa su año de conmemoración a estas profesionales que están formando parte de esa primeara línea de atención a los afectados por el COVID-19.
Los profesionales de enfermería son los expertos y referentes en el ámbito del CUIDADO, ya que el cuidado es el centro de la actividad enfermera, pero “Sin embargo, debemos insistir que la práctica del cuidado no es una característica inherente y exclusiva de la enfermería, sino que afecta e incluye a todas las profesiones relacionadas con las ciencias de la salud y a cualquier actividad que pretenda mejorar la vida de las personas” (Ester Busquets Alibés: Ética del Cuidado en Ciencias de la Salud).
La enfermería es y seguirá siendo la referencia para promover la Cultura del Cuidado, y el modelo en el que nos debemos fijar para Cuidarnos y Cuidar a los que lo necesitan.
Después de la Pandemia del COVID-19 nada será igual y el escenario en el que nos vamos a mover en el futuro inmediato, será totalmente diferente.
Todos, tanto a nivel personal como profesional, institucional o corporativo, tenemos que prepararnos para actuar en ese nuevo escenario.
Este desafío también nos afecta como Centro de Talasoterapia. La disyuntiva para todos estará en elegir entre: RECUPERAR el tiempo perdido para volver a la “normalidad” de nuestras actividades previas a la pandemia, como si nada hubiera cambiado; o por el contrario REPENSAR y rediseñar nuestros modos de vida, nuestra visión de negocio o nuestra filosofía de Centro.
Esperemos que los efectos de la pandemia que estamos viviendo nos haga conscientes de nuestra vulnerabilidad y fragilidad, y nos aporte la luz necesaria que nos oriente hacia esta Cultura del Cuidado que nunca hemos debido de abandonar.
Amén y Aleluya.
Salvador Ramos Rey
Director Médico. Oia, 6 de abril de 2020
Presentacion IV Encuentro Ibérico de Oncología
10 enero, 2020
Cumpliendo uno de los objetivos principales de la Escuela de Salud y Bienestar del TALASO ATLÁNTICO puesta en marcha en octubre del año 2015, como es el de crear un Foro y Lugar de Encuentro en el que profesionales sociosanitarios, usuarios y pacientes, pudiesen debatir y compartir experiencias sobre los procesos de cuidados a personas afectadas por las patologías crónicas más prevalentes en nuestra sociedad.
Desde entonces hemos llevado cabo una serie de Jornadas Monográficas y organizado Cursos de Verano de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), dedicadas al Cuidado y Atención a pacientes oncológicos, situando a la persona afectada -y no solo la enfermedad biológica- como centro de todo el proceso asistencial; dando a conocer al mismo tiempo, lo que la Medicina Termal podía ofrecer para afrontas estas necesidades asistenciales.
A lo largo de estas actividades, en las que participaron profesionales de distintas disciplinas, pacientes y asociaciones de pacientes, se ha ido creando una red de contactos y colaboraciones con distintas personas y entidades con las que llevamos a cabo diferentes iniciativas.
Ese ha sido el caso de la colaboración con la Associação Melgacense de Apoio Ao Doente Oncologico, con la que desde el año 2017 nos hemos sumado a su propuesta de organizar un Encontro Ibérico de Oncología, que con periodicidad anual y de forma alternativa, tuviera lugar en Portugal y España.
Llegamos así a este IV Encontro Ibérico de Oncología que tendrá lugar los días 7 y 8 de Febrero en nuestras instalaciones.
Inscripciones: https://forms.gle/PYEoPT6hKqEk5jxM8
Volandeiras a la gallega en fondo marino con bruma
7 octubre, 2019
Receta: volandeiras a la gallega
Ingredientes:
- Volandeiras en media concha limpias
- Sal y pimienta
Para la salsa gallega (salsa de vieiras a la gallega):
- Cebolla
- Ajo
- Jamón serrano
- Aceite suave (0,4)
- Laurel
- Vino blanco
- Pimentón dulce
- Majado de ñoras
- Guindilla
- Azafrán
- Pan rallado
Para el fondo marino:
- Lechuga de mar
- Codium
- Microalgas (cultivadas en el Hotel Talaso Atlántico)
- Aceite oliva suave
- Ajo
Para la espuma de mar:
- Lechuga de mar
- Codium
- Lecitina de soja
Elaboración de la receta de volandeiras a la gallega:
Empezamos por la salsa de vieiras.
Ponemos a pochar en una olla pequeña la cebolla y el ajo bien picados con una hoja de laurel.
Cuando la cebolla esta tierna añadimos una pizca de pimentón dulce, una cucharadita pequeña de majado de ñoras, media guindilla y unas poquitas hebras de azafrán y rehogamos todo bien.
Con todo esto bien mezclado añadimos un chorrito de vino blanco y dejamos reducir hasta que no nos huela a vino.
Por ultimo añadimos unos daditos de jamón serrano, probamos y añadimos la sal que sea necesaria.
Sacamos del fuego, retiramos la guindilla, trituramos y reservamos.
Para el fondo marino haremos una pasta de algas.
Escaldamos en agua hirviendo un puñadito de codium y lechuga de mar, enfriamos en gua con hielo rápidamente.
Escurrimos bien volandeiras a la gallega y trituramos en la Thermomix emulsionando con aceite de oliva y una una cucharada sopera de microalgas. Esto quedara como una pasta muy verde y un sabor intenso a algas.
Por otro lado, hacemos la espuma de mar también con codium y lechuga de mar.
Ponemos en un recipiente unos 120 gr. de estas algas, cubrimos con agua de mar y añadimos entre 3 y 5 gr. de lecitina de soja. Trituramos todo bien con la túrmix.
Esto hará una fuerte espuma que pondremos encima de las volandeiras a modo de nube en el último momento.
Finalmente salpimentamos las volandeiras y le ponemos en el fondo una cucharada, no muy grande, de pasta de algas y por encima napamos con la salsa de vieira.
Espolvoreamos una pizca de pan rallado y metemos al horno precalentado a 200º durante 5 minutos.
Emplatamos con la espuma de mar encima, trozos de algas, algunas conchas y cantos rodados haciéndole la base.
Para la hacer la bruma a la vista del cliente añadimos agua de mar tibia en la caja de madera, ya que tiene un doble fondo donde guarda hielo seco.