La importancia de los cuidados
15 septiembre, 2022
LA TALASOTERAPIA ANTE UN NUEVO PARADIGMA SOCIAL.
LA IMPORTANCIA DE LOS CUIDADOS.
La pandemia de la COVID-19 que hemos vivido, y todas las secuelas que estamos padeciendo, han puesto de manifiesto nuestra fragilidad y vulnerabilidad, tanto a nivel personal cómo social, cuestionando el paradigma social dominante. El concepto de Paradigma Social fue establecido en 1974 por Thomas Khun, físico y filósofo de la ciencia, que lo definió como “aquello que se debe observar y examinar, el tipo de interrogantes que es necesario formular para encontrar respuesta”, y que ante una crisis debemos analizar valores, comportamientos, estrategias y liderazgos, y ofrecer alternativas para proponer un nuevo paradigma.
En este escenario de crisis surge más que nunca la necesidad de CUIDAR y de extremar los cuidados, por tres razones fundamentales: Para no contagiarnos y/o enfermar; para no contagiar a las personas más vulnerables; y para no colapsar nuestros centros sanitarios. Paradójicamente el elemento más frágil resultó ser, el que en teoría debería ser el más potente, el Sistema Sanitario. Para evitar su colapso tuvo que blindarse para poder atender a todos los afectados por la COVID-19, suspendiendo la atención y cuidados de las personas afectadas por otras patologías, poniendo en evidencia la falta de capacidad para gestionar y ofrecer otros espacios para el cuidado y bienestar.
A finales del año 1996 el prestigioso centro de investigación en bioética, Hastings Center de Nueva York, convocó a un equipo de estudiosos internacionales, coordinado por Daniel Callaghan, que tras semanas de debate llegaron a un amplio consenso en base al cual se elaboró el documento “LOS FINES DE LA MEDICINA: El establecimiento de unas prioridades nuevas”, en el que se debate y reflexiona sobre cuáles deberían ser las prioridades en la práctica de la medicina en la sociedad actual. Establece que los fines de la medicina deben ser algo más que la curación de la enfermedad y prolongar los años de vida, y que se ha de poner más énfasis en aspectos como la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad y la paliación del sufrimiento, situando al mismo nivel el CURAR y el CUIDAR. En el prólogo de la edición española de este documento, la experta en Bioética Victoria Camps nos recuerda que, “La medicina ha de estar motivada no por el orgullo profesional sino por el beneficio del paciente. Tiene que procurar ser fiel a sí misma y mantenerse como algo viable y sostenible, no dejandose arrastrar por un desarrollo tecnológico imparable”.
En una población envejecida y en la que predominan las enfermedades crónicas y degenerativas, las necesidades de las personas afectadas va mas allá de la asistencia hospitalaria, por muy buena que esta sea; por lo que surge la necesidad de contar nuevos espacios para el cuidado, más allá del entorno familiar, entorno donde la responsabilidad del cuidado, recae de forma injusta y discriminatoria en las mujeres de la familia.
Cuidar en el ámbito sanitario, es también llevar a cabo políticas adecuadas de Salud Pública y Promoción de la Salud, con el objetivo de prevenir la enfermedad y preservar la salud de las personas. Ello implica establecer prioridades y asignar recursos. Desgraciadamente, en el modelo sanitario predominante, centrado en la atención hospitalaria, los recursos económicos en estas otras áreas se han ido mermando a lo largo de los años, lo qué junto a la infravaloración de la Atención Primaria, han limitado la capacidad de respuesta de nuestro sistema sanitario ante una emergencia de salud pública como la que estamos viviendo.
Después de la Pandemia del COVID-19 nada será igual y el escenario en el que nos vamos a mover en el futuro inmediato, será totalmente diferente. Todos, tanto a nivel personal como profesional, institucional o corporativo, tenemos que prepararnos para actuar en ese nuevo escenario. Este desafío también nos afecta como Centros de Talasoterapia. La disyuntiva a todos los niveles, estará en elegir entre: RECUPERAR el tiempo perdido para volver a la “normalidad” de nuestras actividades previas a la pandemia, como si nada hubiera cambiado; o por el contrario REPENSAR y rediseñar nuestros modos de vida, nuestra visión de negocio o nuestra filosofía de Centro. Esperemos que los efectos de la pandemia nos hagan conscientes de nuestra vulnerabilidad y fragilidad, y nos aporten la luz necesaria que nos oriente hacia esta Cultura del Cuidado que nunca hemos debido de abandonar.
Seamos resilientes, “La definición de Resiliencia no puede ser mas sencillla; es iniciar un nuevo desarrollo después de un trauma” (Boris Cyrulnik, 2004). Iniciar ese camino fue la razón de ser de la Carta de Servicios de Termalismo y Bienestar, que elaboramos en la Asociación Iberoamericana de Termalismo y Bienestar (AITB), analizando fortalezas y debilidades de nuestros centros, así como los posibles servicios a ofrecer con motivo de la pandemia. (http://cursos-aitb.com/noticias). Considerábamos que era el momento oportuno para ofrecernos como ese tercer espacio para el CUIDADO, tan necesario y demandado; tercer espacio especialmente útil por el entorno natural donde se ubican la mayoría de nuestros centros.
La pandemia COVID ha demostrado la gran necesidad y utilidad del contacto con la naturaleza y su carácter sanador, frente a los entornos urbanos con grandes concentraciones humanas, hospitales grandes orientados a patologías agudas y que han ido olvidando la Cultura del Cuidado. Por otra parte el tamaño de nuestros centros, más facilmente abarcable por los usuarios, facilita el contacto y la hospitalidad, convirtiéndolo en un espacio adecuado y útil para llevar a cabo actividades de Educación para la Salud y Promoción de la Salud y el Bienestar, tan útiles y necesarias para fomentar el Autocuidado.
La relación entre la pandemia de la COVID-19 y las pandemias previas que hemos sufrido en este primer cuarto de siglo XXI, con la crisis climática provocada por el impacto ambiental de nuestro modo de vida, es más que evidente. Fuimos sordos y ciegos ante sus avisos y muchos de sus efectos ya son inevitables, por lo que a partir de ahora solo podremos evitar daños futuros. Esperemos que la COVID-19 y las secuelas que conlleva, sea una LLAMADA URGENTE para proteger y cuidar la salud de las personas y del planeta. “Es imprescindible cuidarse, cuidar de los demás y cuidar incluso de la naturaleza no humana que constituye nuestro entorno, porque del tratamiento que nos dispensemos unos a otros y a la naturaleza depende el futuro de nuestra existencia. Victoria Camps: Tiempos de Cuidados, 2021)”.
Dado que la salud planetaria y humana están especialmente vinculadas, prevenir el daño ambiental y mantener ecosistemas saludables es la estrategia más efectiva a largo plazo para promover la salud en los seres humanos, ya que nuestra salud personal depende de la salud del entorno en que vivimos y de la salud del planeta que habitamos. En 1992, la «Comisión de Salud y Medio Ambiente» creada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe titulado Nuestro planeta, nuestra salud. Su declaración de apertura dice:«El mantenimiento y la mejora de la salud deben estar en el centro de la preocupación por el medio ambiente y el desarrollo. Sin embargo, la salud rara vez recibe una alta prioridad en las políticas ambientales y en los planes de desarrollo,y no figura como un elemento importante en los programas ambientales ni en los planes de desarrollo, a pesar del hecho de que la calidad del medio ambiente y la naturaleza del desarrollo son los principales determinantes de la salud”.
El sexto informe de “The Lancet Countdown”, publicado en octubre 2021, subraya la urgencia de integrar la mitigación y adaptación al cambio climático en los planes de recuperación de la COVID-19.
Salvador Ramos / Vanesa Seoane.
Centro de Talasoterapia TALASO ATLÁNTICO
Ponencia presentada en el II Congreso Internacional de Talasoterapia: Salud y Bienestar.
Vigo, Junio 2022
Enhorabuena al Dr.Ramos que antes de que se certificara la importancia del cuidado ya trabajaba y desarrollaba estrategias innovadoras para la atención integral de la persona y del paciente.
Mi más cordial reconocimiento
Excelente reflexión. La cultura del cuidado rompe con la cultura del individualismo moderno basada en la racionalidad instrumental que nos ha dado un falso progreso poniendo en jaque a los derechos humanos y al planeta. El termalismo recupera una forma clásica y mas humana de experimentar el tiempo, más allá del uso terapéutico que realizó la burguesía, como paréntesis reparador para poder seguir hostigando al cuerpo.
Es especialmente interesante la referencia al asociacionismo termal latino porque podemos aprender muchas cosas de aquellas comunidades.
Enhorabuena. Ojalá que lo lea mucha gente.